Diciembre es el duodécimo y último mes del año en el Calendario Gregoriano. Su nombre deriva de haber sido el décimo mes del Calendario Romano.
Para el mundo cristiano este mes es de singular importancia, pues en él que se enmarca el nacimiento del Niño Dios. Es por ello, un mes de Amor, de Prosperidad, el inicio de un nuevo y mejor futuro… de la Esperanza.