Los infartos se pueden evitar al seleccionar alimentos más saludables
El Universal.- El golpe letal de un infarto puede durar apenas segundos pero se fragua durante décadas de malos hábitos de vida. Y los alimenticios son particularmente importantes al definir el estado de la salud.

Para el cardiólogo José Miguel Torres Viera, de la clínica Santa Sofía, la suma de alimentación y salud es similar a un engranaje vital: «El mantenimiento de una dieta cardiosaludable, que es el combustible, preservará la permeabilidad de las tuberías, que son las arterias coronarias, y la vitalidad del motor, que es el corazón.
«Dieta saludable» son sólo dos palabras, pero encierran múltiples decisiones que se toman en la rutina diaria. Pueden ser tan simples como retirar el salero de la mesa o un poco más complejas, como escoger el tipo de pescado más favorable para las arterias. Es cuestión de sentido común y de conocer algunas orientaciones.
Torres Viera explica que la clave está en la moderación y que, aunque no hay que privarse de nada por completo, es mejor seleccionar los alimentos más adecuados y la frecuencia con la que deben ingerirse.
Las mejores decisiones
«Las carnes rojas deben limitarse a dos veces por semana», dice el cardiólogo, quien además apunta que deben preferirse aquellas de color rojo fresco, sin vetas o estrías, pues son las que contienen menos colesterol. Al pollo hay que quitarle la piel y la grasa visible, altas en colesterol. Y al momento de escoger pescados, los más saludables son salmón, sardinas y atún, pues elevan el colesterol bueno. Los de río contienen mayor porcentaje de grasa no saludable. Y, en el caso de los huevos, la clara puede consumirse sin restricciones, pero la yema, rica en colesterol, debe limitarse a dos veces por semana. «En lácteos, hay que evitar la crema o la manteca. Siempre se podrá escoger utilizar leche, yogurt y/o quesos descremados», añade el cardiólogo. Con los aceites, el patrón debe ser evitar los de coco o palma por su alto contenido de grasas saturadas muy nocivas para el revestimiento interno de las arterias.
Sugiere moderar el consumo de comidas congeladas y enlatadas por contener grasas tóxicas y sal; de harinas refinadas y dulces de pastelería, ricos en calorías no energéticas e «inútiles desde el punto de vista nutricional»; así como también las gaseosas, «que nunca son buenos acompañantes por su exceso de azúcar, preservativos e hipercalorías» ; y sobre todo la sal, a la que definió como «el enemigo número uno de los hipertensos», recomendando eliminar el salero de la mesa y condimentar con especies.
POR:
Giuliana Chiappe
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